lunes, 13 de abril de 2015

Los besos más recordados de Studio Ghibli

En el Día Internacional del Beso

El amor ha sido siempre una constante en las películas de Studio Ghibli, sin embargo su máxima expresión, el beso, es algo muy infrecuente y pocas veces mostrado en sus historias. Esto tiene más que ver con la propia cultura japonesa, donde el beso en público no es algo tan habitual como en Occidente, y eso se traslada lógicamente a cómo lo representan en sus manifestaciones artísticas, en este caso el cine. 
Aún así, en Ghibli ha habido besos inolvidables (ojo, puede contener spoilers)...



Naoko y Jiro...
El viento se levanta (Hayao Miyazaki, 2013)
Hayao Miyazaki se desató por completó en su última película con aquello de mostrar besos en pantalla. En una escena (que recordaréis todos los que la hayáis visto) se insinúa incluso algo más. La relación entre Jiro y Naoko es intensa, y Miyazaki así lo demuestra en numerosas ocasiones a lo largo del metraje.



Porco y Fio...
Porco Rosso (Hayao Miyazaki, 1992)
Ella no es una princesa y él está muy lejos de ser un príncipe, pero Fio cree que con un beso, al igual que en los cuentos, puede devolver a Porco su forma humana. Sin embargo, seguramente no sea ese acto simbólico el que haga que Porco se sienta nuevamente humano, sino algo mucho más profundo y vital.



Ponyo y Sosuke...
Ponyo en el acantilado (Hayao Miyazaki, 2008)
Inocente y puro es el beso con el que Ponyo y Sosuke demuestran ese amor incondicional que labran a lo largo de la historia que narra la película. Totalmente ingenuo y desprovisto de cualquier otra connotación, el cierre perfecto para el espíritu orgullosamente infantil que tiene el film.



Sophie y Howl...
El castillo ambulante (Hayao Miyazaki, 2004)
Junto al El viento se levanta, la película más singular de Studio Ghibli respecto a las demostraciones físicas de afecto. Sophie reparte besos a diestro y siniestro (Calcifer, Navet), aunque su verdadero amor indudablemente es Howl.



Por su escasez, los besos en Ghibli alcanzan unas cuotas de simbolismo muy importantes. Aún así no es algo fundamental, pues han narrado verdaderas historias de amor (no solo romántico, el amor tiene muchas formas de sentirse y expresarse) sin necesidad de mostrar nada más que palabras o hechos mucho más alegóricos: quién no se ha emocionado con la historia imposible de San y Ashitaka en La Princesa Mononoke; ese primer amor entre Seiji y Shizuku en Susurros del corazón; la síntesis gestual entre Taeko y Toshio en Recuerdos del ayer; los actos desinteresados y heroicos entre Chihiro y Haku en El viaje de Chihiro... y tantas historias que nos han hecho soñar.


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Mi vecino Miyazaki
Studio Ghibli, la animación japonesa 
que lo cambió todo




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9 comentarios:

Adriana dijo...

Preciosa entrada. Es cierto que no suele haber muchos besos en las películas de Miyazaki, pero creo que estarían demás al ver el cariño que desprenden las acciones de los personajes, que incluso me llenan más.

Álvaro López Martín dijo...

@Sora:

Por supuesto, de hecho la sutileza es una virtud y en Studio Ghibli lo han demostrado. Lo de los besos en Japón respecto al anime no es solo cosa de Ghibli, en casi cualquiera que veas, siempre que se trata el tema de los besos o demostrar afecto en público suele ser bastante curioso y distinto a la mentalidad que tenemos en Occidente, incluso para cosas como un beso en la mejilla. 'El viento se levanta' es bastante "sorprendente" en ese aspecto (y en otros), porque Miyazaki rompe con muchos tópicos del anime (y de su propia filmografía) con total naturalidad.

Un saludo! :-)

Hola soy un humano (Ari) dijo...

Todas esas escenas de amor que consideramos incompletas por no llevar un beso, dejan a tu imaginación completarlas. El legado de películas de Miyazaki muestra, en su mayoría, la importancia del amor y de que, no todas las historias (Mononoke, Arriety, cuentos de Terramar, entre otros) tienen lo que consideramos "un final feliz" porque su amor no puede llevarse a cabo. Creo que, lejos de decepcionarnos un poco por no ver esas muestras de afecto, deberíamos de sentirnos satisfechos, porque podemos pensar en finales alternativos o hacer un análisis y decidir que final quedaría mejor. Las escenas de amor son las que (en lo personal, después de los escenarios) más me cautivan, y las que me obligan a ver todas estas películas Ghibli más de una vez, compartirlas y hacerlas parte de mi vida. Un saludo desde la Tierra :3

Unknown dijo...

¡Bravo, bravísimo! Studio Ghibli es amor por todas partes. Me encanta la dulzura, la inocencia, lo mejor.
Gracias por el maravilloso post.
Bellísimo.

Álvaro López Martín dijo...

@Sara:

Gracias a ti por apreciarlo y comentarlo :-) Un saludo!

Anna dijo...

Estudios GHIBLI me desprende dulzura, no puedo adorar más sus pelis! Todas llevan consigo el amor hacia otra persona y a mi me fascina eso! Gracias! ^^

Unknown dijo...

Sam dándole de comer a Ashitaka


EL BESO QUE NO FUE

La mayoría de las pelis Ghibli me hacen llorar :')

Anónimo dijo...

Simplemente espectacular, me encantan todas las pelis de Ghibli y ni se diga el animé en general. Y esa carencia de besos o demostración amorosa se expresa en su totalidad a lo largo de la peli, quizás precisamente por eso me encanta. Muchas gracias por compartir sus trabajos de Ghibli. 😍💖💖💖💖

Anónimo dijo...

Nunca imaginé que también a mí 😍🙃😭

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