viernes, 21 de noviembre de 2014

Descifrando Ghibli: 'El castillo en el cielo' (I)

Conociendo Laputa



"Si uno ha construido castillos en el aire, su tarea no se perderá,
 porque ahí están bien edificados. Que tan solo ponga ahora los
 cimientos bajo esos castillos" (H. D. Thoreau)


Tras reunir los medios necesarios para la fundación de Studio Ghibli gracias al éxito cosechado con su brillante Nausicaä del Valle del Viento, Hayao Miyazaki y su equipo volverían a sorprendernos con Laputa - El Castillo en el Cielo, oficialmente reconocida como primera película del ya mítico estudio de animación. Rompiendo con la tónica imperante del momento y la proliferación cada vez mayor de la animación por ordenador, Miyazaki y sus socios y amigos, Toshio Suzuki e Isao Takahata (Heidi, la niña de los Alpes; Ana de las Tejas Verdes o Marco, de los Apeninos a los Andes), apostaron por un género poco explotado, embarcándose en esta aventura animada repleta de altas dosis de magia, una pizca de sensibilidad y cantidad suficiente de mimo que no en vano dejarían patente en obras posteriores.


Desde un principio, el director japonés tenía claro que en su peculiar versión de La Isla del Tesoro no había cabida para manidas fórmulas de castillos en el espacio, en el mar o en una isla al uso, sino que tal como él mismo afirmaría: “Para mí no existe el modelo antiguo de una isla inhabitada y perdida en el mar, ya todos emplearon el mar y el espacio, así que me encontré con un castillo y busqué un lugar donde nadie pudiera encontrarlo, poniéndolo así en una isla flotante en medio del cielo”.


Así pues, nos hallamos de nuevo ante un evocador universo de celuloide plagado de magia, un mundo de ensueño donde confluyen todos y cada uno de los rasgos inconfundibles a los cuales sensei Miyazaki nos tiene acostumbrados, desde su heroína protagonista o su amor por la naturaleza, a su universo de fábula o esa pasión por la aviación patente en cada una de las escenas aéreas y los artilugios voladores que aparecen en el film. Tampoco podía faltar en este singular mundo salido de la fértil imaginación del genio nipón, una inolvidable historia de aventuras, amor y amistad, rociada con grandes dosis de acción, acción propiciada en gran medida por unos villanos más entrañables que realmente malvados. Todo esto, salpicado con unos sutiles toques de humor, hacen de El Castillo en el Cielo, un auténtico deleite para los sentidos.


Y entre las numerosas escenas de acción vertiginosa, surgen algunas secuencias de una belleza tan sublime como onírica, ya sea en forma de estanque feérico que oculta en su seno los restos de una ciudad sumergida bajo las aguas o en esa profunda reflexión sobre la naturaleza y la evolución cuando un gigantesco robot demuestra ser “más humano que los propios humanos” al salvar a un nido de papamoscas de ser aplastado o cuidando con un mimo indescriptible del desolado a la par que bucólico jardín. Instantes de una belleza tan abrumadora que nos atrapa en ese mundo fantástico y dan como resultado un poema visual repleto de significado como solo Miyazaki-san es capaz de componer, con universos de fábula que asemejan nuestra realidad, historias donde las féminas son heroínas, los cerdos, pilotos de aviones, los mapaches poseen gigantescos genitales mágicos (kin tama) que emplean a modo de tambor o un icónico y enorme espíritu del bosque se convierte en el mejor amigo de unas niñas.


Todo ello aderezado con la exquisita banda sonora a cargo del siempre magistral Joe Hisaishi, da lugar a infinidad de momentos sublimes que nos transportan a mundos idílicos e invitan a recapacitar. Alegoría inequívoca de la extraordinaria calma precedente de una tempestad de sensaciones que nos envuelven en este magnífico filme del gran artífice de sueños que es Hayao Miyazaki.






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En busca de Laputa

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En un desesperado intento por huir de sus captores, la joven Sheeta se cruza en el camino de Pazu (o mejor dicho, ésta le cae del cielo), un huérfano minero que desde entonces, tratará de protegerla a toda costa. El destino de ambos, dará un giro desde ese día al descubrir que no sólo están unidos por su estado de orfandad, sino entre otras cosas, por la codiciada piedra mágica que Sheeta posee y el principal motivo de su huida. 


Sueños por cumplir heredados de sus progenitores y plagados de reinos imaginarios o fortalezas voladoras, llevarán a nuestros jóvenes protagonistas a embarcarse en esta singular aventura, una suerte de viaje iniciático donde hallarán su propia identidad, unida desde tiempos pretéritos a la de la legendaria Laputa, una isla flotante oculta en el cielo por nubes durante cientos de años (quizá miles) y concebida por una enigmática civilización extinta. Laputa, custodia de secretos ignotos, fortaleza inexpugnable que alberga celosa entre sus entrañas conocimientos ancestrales y más de una sorpresa. Pero para llegar hasta ella, deberán lidiar con un villano de más que dudosas intenciones y con una banda de piratas muy peculiar...





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Donde nace la inspiración...

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Los Viajes de Gulliver (Jonathan Swift) 
Buena parte de la inspiración que Miyazaki necesitaba para dar a luz una obra como El Castillo en el Cielo, la halló en uno de los episodios de Los Viajes de Gulliver, de Jonathan Swift en el que Gulliver encuentra una isla flotante con base de diamante llamada Laputa. Los laputianos estaban tan interesados en el desarrollo científico y tecnológico, que lograron construir una ciudad - fortaleza la cual se desplazaba por el cielo mediante propulsión magnética (interacción entre un imán enorme ubicado en su centro y la Tierra).



“De repente, se hizo una oscuridad muy distinta, según me pareció, de la que se produce por la interposición de una nube. Me volví y percibí un vasto cuerpo opaco entre el sol y yo que se movía avanzando hacia la isla. (...) Difícilmente podrá concebir el lector mi asombro al contemplar una isla en el aire habitada por hombres que podían, por lo que aparentaba, hacerla subir y bajar o ponerse en movimiento progresivo a su antojo...” (Los Viajes de Gulliver, Johnathan Swift)



Ramayana 
Muska llama al fuego de Laputa “la flecha de Indra en el Ramayana”. Ramayana es una saga épica hindú, escrita en el siglo IV A.C. que cuenta la historia del príncipe Rama y su esposa, Shita. Indra es el dios que rige sobre el trueno y la lluvia, y manda rayos denominados “la flecha de Indra” para castigar a los humanos.




Paronella Park 
Un parque temático, cuyo elemento central es un precioso castillo construido por el español José Paronella en Mena Creek, al norte de Queensland (Australia). El tema musical utilizado en el filme durante los títulos de crédito, se empleaba también durante las visitas nocturnas.



Este lugar fue clave como inspiración de Miyazaki a la hora de diseñar Laputa. No es de extrañar, pues la historia de este tristemente desconocido creador de sueños y de su parque propio de cuento de hadas, bien merece ser conocida.




Gales
Aunque el film se desarrolle en un país imaginario, para recrear el poblado en el que vive Pazu Miyazaki se inspiraría en una villa minera galesa que visitó en 1984. Según declararía a posteriori a The Guardian: “Estuve en Gales justo después de una huelga de mineros. Admiro realmente la forma en la que los sindicatos mineros lucharon hasta el final para defender sus puestos de trabajo y quería reflejar la fuerza de esas comunidades en mi película. Admiro a aquellos hombres y el modo en que lucharon para salvar su modo de vida, igual que hicieron los mineros del carbón en Japón. Mucha gente de mi generación ve en los mineros a un símbolo; una especie de guerreros que ya no existe”.


Estos hechos le conmovieron tanto que hizo añadir la escena en la que el jefe de Pazu lucha con los piratas, elemento clave dentro del subgénero de comedia slapstick, cuyo recurso fue empleado anteriormente por Miyazaki en Conan, el niño del futuro (1978) y El Castillo de Cagliostro (1979); o Porco Rosso (1992) a posteriori. Como guiño a todos aquellos sucesos, podemos observar un cartel en la habitación del jefe de Pazu.




Superman (Fleischer Studios) y "Adiós, querido Lupin" 
Los robots que pueblan Laputa están inspirados en los que aparecían en la versión de Superman de los hermanos Max y Dave Fleischer (Monstruos Mecánicos), aunque el diseño es original de Miyazaki. También guardan un gran parecido con el robot que aparece en "Saraba Itoshiki Lupin yo (Adiós, querido Lupin)", el último episodio de la segunda temporada del anime de Lupin III en 1980. Este capítulo fue el último escrito y dirigido por Miyazaki y marcó su despedida del personaje.


En la terraza del Museo Ghibli (Mitaka, Japón) existe una réplica exacta a tamaño natural de uno de estos robots.




Continuará...



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domingo, 9 de noviembre de 2014

Hayao Miyazaki recibe el Oscar a toda su carrera

La Academia de Hollywood reconoce así a uno de los cineastas más influyentes de la historia

Hayao Miyazaki acrecentó ayer su leyenda al acudir por primera vez a Estados Unidos para recibir un Oscar, ese mismo premio que le fue otorgado en 2003 por El viaje de Chihiro y que no quiso recoger porque el país que se lo entregaba había bombardeado Irak. Anoche la ocasión lo merecía: la hermética industria de Hollywood premiaba toda su carrera, lo cual ya es noticia tras años y años de olvido solo roto en los últimos tiempos por alguna nominación (y el premio mencionado) gracias a que Disney se metió de por medio en su distribución.


Desde el primer momento, las imágenes que nos llegaban de Los Angeles (fotos, porque recordemos que este acto no se televisó, ni siquiera por parte de la propia Academia) eran de un Miyazaki de aspecto cansado (probablemente del largo viaje, no olvidemos que es una persona de 73 años) y realmente no transmitía mucho ánimo. Pero también es normal, al estar en un ambiente que no es el suyo y sin controlar el idioma.


Hayao Miyazaki llegaba a la alfombra roja con su amigo y gran benefactor en Estados Unidos, el resposnable de Pixar, John Lasseter.



Antes de la entrega del premio, alguien le sacó una foto a traición que no sé si refleja lo que pasó, pero que sin duda llamó la atención: Miyazaki sentado en una mesa, solo, mientras detrás se ve a gente hablando. Probablemente foto fortuita y anecdótica, pero llamativa.


Y, por fin, el reconocimiento. El propio Lasseter se encargó de introducir al premiado director japonés:


"El primero es Walt Disney; el segundo es Hayao Miyazaki"

"Cada vez que veo una película de Miyazaki, 
aprendo algo nuevo sobre el arte de la cinematografía"

"Miyazaki-san es el cineasta más original que ha trabajado en nuestro medio"



Tras las palabras de John Lasseter (en mi opinión, no muy afortunadas colocándole en segundo lugar tras Disney, no era el momento para comparaciones aunque su intención fuera alabarle), se entregó el premio al fundador de Studio Ghibli, y se proyectaron imágenes de su trabajo y sus películas, que fueron ampliamente ovacionadas en el auditorio.



Finalmente Miyazaki tomó la palabra:



"Mi esposa me dice que soy un hombre muy afortunado"

Después reivindicó el arte de hacer animación con lápiz y papel, volviendo a incidir en lo afortunado que había sido por haber podido hacer cine de esa forma durante más de 50 años; para finalmente comentar que lo mejor de la noche para él había sido conocer a la mítica actriz de Hollywood Maureen O'Hara, también premiada, lo que arrancó las risas del público. Breve y conciso.
Tras los pertinentes agradecimientos, Miyazaki posó con el resto de premiados: el actor Harry Belafonte; el guionista Jean-Claude Carrière; y la actriz Maureen O'Hara.


Es cierto, puede que los Oscar no sean los premios más significativos en cuanto a criterio cinematográfico, pero sin duda son los que consagran a los cineastas en la historia del séptimo arte a nivel mundial. Puede que él no lo necesitara, puede que nosotros, los que seguimos y disfrutamos con su trabajo tampoco, porque su obra habla por sí sola.
Pero anoche Hayao Miyazaki hizo historia. Y es algo que, independientemente de todo lo demás, nos debe alegrar como admiradores de su cine y difusores de su reconocimiento. Enhorabuena. 



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sábado, 8 de noviembre de 2014

Hayao Miyazaki: "Tengo la intención de trabajar hasta el día que me muera"

Entrevista al fundador de Studio Ghibli, que recibe hoy un Oscar honorífico

La revista Variety, a través de su periodista Mark Schilling, ha publicado una interesante entrevista a Hayao Miyazaki con motivo de la entrega de un Oscar honorífico a toda su carrera, que tendrá lugar en la noche del sábado en Los Ángeles (California, Estados Unidos), y a la que el director japonés acudirá, algo poco habitual.


Por su interés, lo reproduzco (y traduzco) a continuación:

A sus 73 años, Hayao Miyazaki todavía es capaz de sorprender. Él tiene un taller, justo detrás del edificio principal de Studio Ghibli, en una estrecha y tranquila calle en un suburbio de Tokio. Rodeado de árboles, parece una especie de casa rústica japonesa mezclada con los gustos europeos, construida en las montañas. Cuando, escoltado por su asistente, Variety entró a por la puerta, Miyazaki se encontraba cortando madera (su método preferido para aliviar el estrés). Con una gran sonrisa y un apretón de manos firme, se dirigió a su visitante en el estudio y en el espacio de trabajo en el centro de la enorme sala de techos altos. En una mesa de madera grande (creo que una mesa de picnic con sillas en lugar de bancos) había un soporte que contenía docenas de lápices de colores y demás parafernalia para dibujar. Sin perder el tiempo, Miyazaki se sentó y comenzó dibujando a lápiz un boceto para un manga que lo ha ocupado desde su retiro el año pasado. El querido animador habló de su premio Oscar honorífico (que recibirá la noche del sábado), acerca de sus planes futuros en la animación, y el cambiante mundo de las películas.




Pregunta (Mark Schilling): ¿Cuál fue su reacción al escuchar que recibiría el Oscar honorífico?
Respuesta (Hayao Miyazaki): Pensé "alguien debe haber estado tirando de la cuerda". Tal vez John Lasseter. Él es mi partidario número uno allí, así que pensé que debía haber estado detrás de ello; aunque eso es pura especulación por mi parte. Yo no soy el tipo de persona que quiere más premios (risas). Lasseter me invitó a su casa, ya que este puede ser mi último viaje a los Estados Unidos. No quiero ir, para ser honesto. No me gusta montar en avión. (risas)
P: En el Festival Internacional de Cine de Tokio se proyectará una retrospectiva de Hideaki Anno este año. No hace mucho, su productor Toshio Suzuki dijo que Anno sería el líder de la industria de la animación japonesa en los próximos diez años. ¿Está de acuerdo?
R: Anno es amigo mío, así que le deseo la mejor de las suertes. Será un trabajo duro, sin embargo. El tipo de animación que ama, hecho con papel y lápices, se está muriendo. Todavía planeo hacer pequeños proyectos con papel y lápices, pero no más largometrajes.
P: Usted estaba hablando acerca de hacer cortometrajes para el Museo Ghibli.
R: Ya hemos realizado unos cuantos y voy a seguir haciéndolos. Tengo planes para otros proyectos también.
P: ¿Tiene título para sus trabajos? ¿Cualquier detalle que pueda compartir conmigo?
R: Todavía no.


P: He oído que usted está trabajando en un nuevo manga.
R: Sí, pero sigue siendo empujado por detrás de otros proyectos (risas). No puedo trabajar en él tanto como me gustaría.
P: ¿Se centra en la época de los samurais?
R: Sí, pero tengo mis dudas sobre si puedo terminarlo o no. Quería poner un montón de esfuerzo en él, haciendo caso omiso de los costes, como un hobby. Pensé que tendría tiempo libre, pero sigo recibiendo ofertas de proyectos. No necesariamente lucrativos, pero tienen un significado para mí.
P: ¿Está usted aquí todos los días (en el Studio Ghibli)?
R: Sí, lo estoy. He cambiado recientemente mi horario de trabajo a cinco días a la semana. Yo no sabría qué hacer conmigo mismo tomando tres días de descanso a la semana. (Risas) Trato de tomarme los sábados y los domingos libres, a pesar de todo.
P: ¿Así que no hace viajes largos?
R: Bueno, voy a ir a Kamikochi (un centro turístico de montaña al norte de Tokio) durante una semana. Es la temporada baja ahora, por lo que hay menos gente.


P: Cuando visité Studio Ghibli en el pasado, siempre estaba ocupado. ¿Cuál es el ambiente que hay ahora?
R: Acabamos de terminar un proyecto ('Omoide no Marnie / Cuando Marnie estuvo allí' de Hiromasa Yonebayashi), por lo que hay una especie de vacío ahora.
P: Hay rumores de que Ghibli va a centrarse en la gestión de los derechos intelectuales y abandonar la realización de largometrajes.
(Asistente): Eso no va a suceder.
R: Estoy trabajando con el personal del museo, pero en cuanto a la totalidad de Ghibli, no sé más. Yo no quiero participar en ese tipo de cosas. Voy a estar aquí todo el tiempo que me dejen hacer lo que quiero hacer.
Te voy a enseñar lo que estoy haciendo ahora (sostiene un dibujo de un globo en la parte posterior de una tortuga). Mire, esta es una isla llamada Kumejima, en Okinawa. En esta imagen, Kumejima está en la parte superior, y el resto de Japón está al revés. No sé lo que los isleños pensarán, pero es un símbolo que hice (risas). Es una isla muy hermosa. Hicieron un centro de recreación para que pudieran llevar a los niños de Fukushima y a sus padres (Nota: el lugar de la catástrofe nuclear del 11 de marzo de 2011). Allí pueden jugar al aire libre y fortalecer su sistema inmunológico. Hay partes de Fukushima donde los niños ya no pueden jugar al aire libre, ya sabes. Me han pedido que les ayude en este proyecto, con lo que yo estaba de acuerdo en hacer este símbolo para ellos (risas). Esto me ha ocupado bastante.
P: ¿Su hijo Goro va a hacerse cargo de Studio Ghibli? Parece que se ha estado preparando para este papel. (Nota: Goro Miyazaki ha dirigido dos películas de Studio Ghibli, ambos éxitos de taquilla).
R: No, no lo creo. La capacidad individual debe ser el factor decisivo. No es algo para heredar como propiedad. Creo que mi hijo estaría en contra de esa idea también.
P: Goro se ha asociado con el estudio de animación digital Polygon Pictures para hacer 'Ronia, la hija del bandolero' para televisión. Hizo uso de gráficos 3D generados por ordenador, aunque la serie tiene el aspecto de animación japonesa tradicional. ¿Qué opinas de esta tendencia?
R: Creo que el talento lo decide todo. Más que el método, lo que importa es el talento de usarlo. No hay nada inherentemente malo o bueno sobre un método, ya se trate de dibujos a lápiz ó 3D CGI. Los dibujos a lápiz no pueden ir muy lejos, pero los que siguen utilizando el medio carecen de talento. Así que, lamentablemente, desaparecerá.
Tengo la intención de trabajar hasta el día que me muera. Me retiré de los largometrajes, pero no de la animación. Animación auto-indulgente (risas). Es bueno que tenga el mini-cine en el museo. La mayoría de los visitantes del museo asisten a las proyecciones del mini-cine y nunca hemos tenido una queja sobre la calidad de las películas. Me gustaría seguir haciendo películas que dejen al público satisfecho, pero también creo que no tiene sentido a menos que ofrezca el tipo de animación que no pueden conseguir en ningún otro sitio. Son divertidos de hacer. Son cortos, por lo que es menos estresante.
(Asistente): ¿Alguna vez ha comenzado a hacer un cortometraje y se hizo más largo de lo previsto?
R: Un poco, pero sé los límites con los que trabajo y algunas historias tienen que ser contadas de manera compacta. Es una buena oportunidad para mí, para experimentar y aprender. No voy a estar a cargo de un personal masivo en Studio Ghibli, pero voy a seguir haciendo cortometrajes para el museo.


P: Parece que con los proyectos más grandes, hechos con un personal más grande, usted tiene que pensar más sobre cómo apelar a la audiencia. Si la audiencia no llega, no se puede hacer este tipo de películas.
R: Es un reto, pero siempre hay que apelar al público. Siempre hay que tener en cuenta lo bien que un proyecto puede funcionar en términos de ingresos. Abandoné muchas historias por eso. Pero yo no lo entiendo como algo demasiado malo. Es algo que acepté desde el momento en que decidí trabajar en el cine. Siempre podía hacer otra cosa si me cansaba de ello, al igual que en el manga, o hacer mis propias películas como (el fallecido animador canadiense) Frédéric Back. Pero mis gustos son más populares que artísticos (risas) y así es como voy a seguir trabajando. Me pareció inútil sentarme en mi casa sin trabajar, aunque me gustaría tener unas largas vacaciones de vez en cuando.
P: Se necesita mucha perseverancia para hacer lo que hizo.
R: Sí, tengo más paciencia de la que yo solía pensar. Creo que mi trabajo me endureció. Aprendí a encontrar tiempo para desconectar, cortando troncos de madera.
P: Usted ha dicho que demasiados jóvenes animadores son otakus (fans obsesionados) que tienen poca experiencia en la vida real. Todo lo que saben es del mundo del anime.
R: Esa tendencia todavía existe y se aleja de la potencia de la animación y el manga japonés. Es inevitable, sin embargo. Me las arreglé para trabajar durante 51 años con el papel justo, lápices y el cine. Mi esposa me dijo el otro día que yo debería estar agradecido por ello. "Tú eres un hombre afortunado ", dijo. La generación de mi hijo y la que viene después no puede trabajar con un solo papel y lápices de más, así que no puedo decir cómo va a resultar. Me las arreglé para evitar el uso de una computadora. Yo ni siquiera tengo un teléfono móvil. Me siento afortunado, me las arreglé para vivir así (risas).
P: Algunas generaciones tienen más suerte que otras, eso es cierto.
R: Sí, mis abuelos tuvieron que dejar sus trabajos para ir a la guerra. Muchos no podían cumplir con sus ambiciones debido a circunstancias fuera de su control. Me las he arreglado para seguir trabajando con los mismos métodos y herramientas de hace 51 años, justo hasta el momento en que las películas se volvieron obsoletas. Soy muy afortunado en ese sentido. Atribuyo mi éxito a la suerte. Quién sabe cómo van a salir mis películas para el museo, pero uno no tiene que saber el futuro. Sólo tengo curiosidad, tratando de averiguar mi próximo proyecto. (risas)

Entrevista publicada en Variety el viernes 7 de noviembre de 2014, realizada por Mark Schilling.


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